Parroquia
Nuestra Señora de Loreto

Nuestros Pastores
Desde el inicio de las actividades, cuando se construyó el Templo, estuvo pastoralmente atendido por distintos sacerdotes. Nuestra Parroquia fue Capilla de la jurisdicción parroquia de San Juan Bautista, desde ésta los Párrocos que la atendieron fueron:
- Padre Silvestre Gassman. (Párroco de San Juan Bautista )
- Padre Teófilo Redes Britez. (Párroco de San Juan Bautista 1994-2012)
- Padre Ramón Almirón (Sacerdote a cargo aún siendo Capilla)
Creación como Parroquia el 14-09-2001
- Padre Jose Gil Llorca. (Administrador)
- Padre Cristián Casamitjana. (Administrador)
- Padre Javier Romero. (Administrador)
- Padre Gustavo Rébora (Cura Párroco desde el 13 de marzo de 2011 hasta la fecha)
También desarrollaron su actividad pastoral, ya sea como vicarios, diáconos o como seminaristas:
- P. Alejandro Montenegro.
- P. Javier Sanchez.
- P. Alfredo Sanchez.
- P. Daniel Díaz.
Interior del Templo: Misa de apertura del Año de la fe 11 de octubre de 2012
Una pincelada de historia:
¿Cómo surge la devoción lauretana
en este lugar?
Si bien la Parroquia como tal, es muy joven, dado que se creó el 14 de setiembre de 2001, la advocación a Ntra. Sra. de Loreto, como veremos, viene de larga data. El Movimiento de la Palabra de Dios, que integra la comunidad parroquial, ha realizado una investigación sobre el origen de la advocación: Nuestra Parroquia encierra una historia muy particular debido a que su nombre proviene de los primeros asentamientos cristianos en la zona. Los jesuitas trajeron la devoción a Ntra. Sra. de Loreto y en su honor fundaron varios pueblos con su nombre; debido a los ataques que sufrieron en distintos momentos tuvieron que refundar la misma ciudad en otros lugares pero siempre conservando su nombre original.
Muy cerca del emplazamiento del templo parroquial se ubica el llamado “Zanjón Loreto” un recurso natural declarado patrimonio histórico cultural, del cual encontramos mención ya en el año 1632, con la primera evangelización llevada a cabo por los Padres jesuitas, con el nombre de “Tranquera de Loreto” figurando dentro de lo que se ha llamado “Camino Real”. Dicha ondulación natural viene desde la Laguna del Iberá, atravesando los Esteros, hasta unirse con la ciudad de San Miguel muy próxima al pueblo de Loreto, Ctes., desembocando en el río Paraná. La denominación de “tranquera” tiene que ver con la identificación del lugar para delimitar en su momento la provincia de Corrientes de la zona de Misiones. A su vez era guía segura para las caravanas ya sean fluviales o terrestres que se desplazaban entre una y otra fundación. Hoy podríamos denominarlo un paso seguro del camino de fe. El historiador Pedro de Armengol Alegre refiriéndose a la fundación realizada por los jesuitas de la localidad de Loreto, ubicada a pocos kilómetros de Ituzaingó, dijo: “La fundación de Loreto en la provincia de Corrientes, verdaderamente es un episodio único en la zona, y merece que su tradición sea conservada como testimonio de un triunfo de la fe, que edificó un pueblo con las reliquias de otro” , dado que dicho lugar es la continuidad de los anteriores fundados con su mismo nombre y que debieron ser abandonados debido a los constantes ataques.
El curso natural llamado “Zanjón Loreto” era la vía segura para llegar a la Reducción de Loreto. Con los años, en Ituzaingó, se comenzó la construcción de la Represa Yacyretá y junto a ella un gran barrio que debía albergar a las familias de los trabajadores llamado en primer momento “Las mil viviendas” (actualmente Barrio San Martín) y dicha edificación se estableció, ubicándonos en el casco urbano existente de Ituzaingó, hacia el noreste al otro lado del Zanjón Loreto, dentro de las edificaciones planificadas se encontraba la Capilla que por el mismo motivo fue dedicada a Ntra. Sra. de Loreto, por haber sido esta zona parte del camino de la fe, de aquella ruta que llevaba el Evangelio al pueblo guaraní. Se sumó a este hecho que varios de los Ingenieros que integraron los primeros trabajos en la Represa Hidroeléctrica eran italianos, portadores de una gran devoción por María bajo esta advocación.
Como comunidad creyente, deseamos hoy continuar aquel camino de evangelización con el mismo entusiasmo y tesón, como un desafío URGENTE Y APASIONANTE para nuestro tiempo.
